domingo, 27 de mayo de 2007

Fríos, helados

Con voz baja y susurrando
Como jugando ajedrez
Como cantando
Has hablado
No sé qué has dicho
Pero has hablado.

En un campo solitario
Y con la luna como cuadro
Frente a ese río oscuro
Entre maleza y pasto
Has callado
No sé qué ocultaste
Pero has callado.

Y de pronto
En la noche que cae despacio
Entre la multitud y a solas también
Me has mirado.

Con miedo
Casi temblando
En la paz de la nada
Y lo infinito de tu incertidumbre
Y de la mia
Has caído
Inconsciente
Has cerrado tus ojos
Te has cansado
No sé cuándo despertarás
Pero tus pupilas me has negado.

Quizá nunca te levantes…
Este mundo de locos me obliga a recostarme a tu lado
Para enfriar también mis manos
Para dejar de sentir pena
Para dejar de sangrar llanto.

Y no sé por qué
Ni cuándo
Pero he llorado.

Te acompaño infinitamente
Hasta el otro lado
Hemos dormido los ojos
Escapamos
Fríos estamos
Helados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre te he hablado corazón de bromuro nunca estuviste a mi lado, tus ganas de vivir agotaste cabalgando el tren de los deseos insaciables. No tuve el valor suficiente,he callado, esa luna un día compañera de mi eterna soledad, apagó su fogata de plata y en penumbra dejó esta pobre alma envenenada por los besos que no me diste. Te equivocas, era un desierto con gránulos salados y ásperos que irrumpían mi pellejo y oxidaban mi ilusión. Entre la bruma distraída encontré un rincón celular y devoré tu mirada frenética, la consumí por completo, tus órbitas quedaron vagabundas en tiempo y espacio...Cada hora que pasa, nos hiere, y la última nos mata, no mueras, soy yo el que muere, no mueras junto a mí.

Anónimo dijo...

Siempre te he hablado corazón de bromuro nunca estuviste a mi lado, tus ganas de vivir agotaste cabalgando el tren de los deseos insaciables. No tuve el valor suficiente,he callado, esa luna un día compañera de mi eterna soledad, apagó su fogata de plata y en penumbra dejó esta pobre alma envenenada por los besos que no me diste. Te equivocas, era un desierto con gránulos salados y ásperos que irrumpían mi pellejo y oxidaban mi ilusión. Entre la bruma distraída encontré un rincón celular y devoré tu mirada frenética, la consumí por completo, tus órbitas quedaron vagabundas en tiempo y espacio...Cada hora que pasa, nos hiere, y la última nos mata, no mueras, soy yo el que muere, no mueras junto a mí.